Rebel without a cause Director: Nicholas Ray
Guión: Stewart Stern
James Dean y Natalie Wood
Escena: Los primeros planos de James Dean
Una película para meterse en los conflictos adolescentes de los años cincuenta.
Si se la compara con otras películas sobre la misma temática, podrán observarse las diferencias entre las épocas, pero al mismo tiempo detenerse en la problemática adolescente que siempre mantiene sus rasgos centrales. Rebeldía (como establece el título), peleas, valentía y cobardía (que son intercambiables según el punto de vista desde el que se mire), impulsividad, romanticismo, amistad, prepotencia, angustia, existencialismo... Muy buena composición de caracteres y muy bien establecida la evolución psicológica de los personajes.
Todo sucede en 24 horas. Creo que la peli sobresale por su capacidad de sintetizar tantos sucesos fuertes en un día y que tengan un sustento lógico, y una presentación tan heterogénea de personalidades que desarrollan la trama sin salirse de su propia estructura.
La escena más interesante es la carrera de autos. Pero mi yo femenino no puede sosegarse y, en realidad, los gestos, las miradas, la boca, las posturas, la campera, los jeans, la remera hacen que sólo pueda concentrarme en él. Siempre me pareció absolutamente excitante, pero debo confesar que no es el tipo de hombre que me gusta ahora, porque me resulta un lindo bb. Por eso ahora me gusta más en Gigante.
Si bien tendría que haber elegido la escena del ojo, prefiero la del zombie y el tiburón. Nunca vi una escena más bizarra. Me he reído hasta vomitar, pero es innegable que está muy bien hecha. El tiburón superreal y el zombie sacado de una fiesta de disfraces. Alucinante el zombie tratando de morder al escualo. Todo esto acompañado de la música que funciona como un marco de las escenas descriptivas. 
Las primeras imágenes de la peli con el velero que avanza sobre Nueva York generan la tensión espectante. En realidad, uno lo asocia con el barco a la deriva de Drácula.
"Al principio, la mujer pensó que se había golpeado la pierna contra una roca o un trozo de madera flotante. No hubo dolor inicial, sólo un violento tirón en su pierna derecha. Tanteó para tocarse el pie, chapoteando con la pierna izquierda para mantener la cabeza en alto, hurgando en la oscuridad con su mano izquierda. No pudo hallar su pie. Palpó más arriba en su pierna, y entonces fue invadida por un acceso de náuseas y mareo. Sus dedos habían hallado un muñón de hueso y carne desgarrada. Sabía que el caliente y borboteante flujo que notaba entre sus dedos, en el agua gélida, era su propia sangre."
